Declarada de interés turístico regional.
Las fiestas en las que el protagonista es el fuego, tienen su origen en lo más remoto del Paleolítico. Son fiestas de renovación, de comienzo, de iniciación a la vida. Surgen también de la necesidad, tan humana, de ahuyentar los malos espíritus. Se desconoce cuando comenzó a celebrarse esta fiesta en particular, pero si puedo contaros parte de su significado y como se celebra actualmente.
A principios de febrero, el invierno está en su etapa más cruda. El frío es atroz y los alimentos escasean después de los duros meses invernales. Pero en febrero también los días poco a poco se van alargando, las aves migratorias regresan, se empieza a preparar la próxima siembra y hay un atisbo de preludio de la primavera. Algo que nuestros antepasados intuían muy bien, y que bien merecía una celebración. Las fiestas, además, se prestan a conocer gente, presentarse, reunirse... Los jóvenes suelen ser los protagonistas de las mismas. En esta particularmente, son los jóvenes a punto de entrar en la edad adulta, los encargados de recoger la leña para la hoguera y encenderla. Y sus madres, las encargadas de agasajar al resto del clan. Era el punto de partida para su presentación en sociedad, que se alarga con otras celebraciones a lo largo del año: el duro trabajo de cortar y acarrear tanta cantidad de leña y el premio, como pre-adultos, de encender el fuego vivificante, renovador, mágico.
Pasaron los siglos y a la Iglesia dominante no le debía hacer mucha gracia que siguieran vigentes las festividades paganas (si conocéis la historia del cristianismo, entenderéis de lo que hablo), así que se la adjudicaron al santo del día en el que se celebraba la misma, para darle un cariz religioso. La hoguera tradicionalmente se encendía la noche del 2 al 3 de febrero, y pasó a hacerse en honor a San Blas, que se celebra el 3 de febrero, con la preceptiva misa.
Actualmente se traslada al sábado más cercano para que podamos asistir todos aquellos vinculados al pueblo pero que no residimos en él. Este año se ha podido celebrar justo en su día, por aquellas cosas del calendario.
Ha seguido conservando su carácter de rito iniciático a lo largo del tiempo: eran los quintos, los jóvenes que aquel año partían para el servicio militar, los encargados de acarrear la leña y encender el fuego. "La mili", el ejército, se llevaba a los niños y los devolvía más adultos, y eran esos hombres en ciernes a punto de partir de sus hogares los protagonistas de la noche. Las madres hacían rosquillas para compartirlas con el resto del pueblo. Una forma de anunciar que sus pequeños estaban creciendo.
En la actualidad, aunque los quintos no se van a "la mili" y en los trabajos de preparación de la hoguera colabora todo el que quiere, siguen siendo los quintos (los muchachos que en ese año cumplirán su mayoría de edad) los encargados de encender el fuego. Participan tanto chicos como chicas y las madres siguen haciendo rosquillas algunos años. No sabéis la sensación tan especial que se tiene cuando, por fin, te toca encender un poquito de hoguera y ves que a tus compañeros de quinta se les ilumina la cara igual que a ti, porque ya sois adultos.
Mi hijo será quinto en el año 2023, encenderá su hoguera y sentirá lo mismo: que ya, por fin, empieza a ser adulto.
Es mi Canción de Hielo y Fuego particular. El fuego es evidente. El hielo, porque no sabéis que frío hace en cuanto te alejas de las llamas ¡¡¡
Espero que os haya gustado :)
Debo ser aun de un paeolítico que pa qué porque me fascina el fuego!!!!
ResponderEliminarA mi me pasa igual. Mira que se celebran fiestas en mi pueblo (mayo, agosto, septiembre...), pero de todas, esta es la que más me ha gustado siempre. Fascina ver la hoguera. El ayuntamiento se está encargando de preservar la tradición para que no se pierda, así que espero que siga muchos años.
EliminarMe acuerdo de esta fiesta cuando nos la contaste el año pasado, no se me olvida.
ResponderEliminarAdemás de entrañable, que magia más poderosa ejerce el fuego sobre nosotros verdad? es como hipnótica no puedes dejar de mirarlo a la vez que te da calorcito.
Aquí por San Blas se comen las Tortas pero vamos es una tradición un poco perdida y en Santa Agueda también se sale a cantar por las zonas rurales pero también esta olvidada.
Tu canción de hielo y fuego eh?? je je je frikismo al poder!!
Ya sabes lo friki que soy jajaja.
Eliminar¿qué tendrá el fuego que tanto nos gusta? Nos estamos descubriendo unas cuantas pirómanas en potencia jajaja.
Esta fiesta también tiene su cántico particular. Aunque a mi personalmente me parece una canción un poco fea, pero se la seguimos enseñando a los niños para que no se pierda la tradición. Solo se canta en mi pueblo, en los otros pueblos de la comarca no la conocen. Se canta alrededor de la hoguera encendida. Viene a decir algo así:
Canto a San Blas.
San Blas en la tierra
triunfante en el cielo,
con tres días de fiesta
y no estás contento.
Que no hay que admirar,
que no hay que admirar
que no hay papel ni registro
que me soplen por atrás.
Al gazpacho mocitas de ahora
Al gazpacho del señor San Blas
que prevenido en la plaza le tienen
sin gota de aceite
ni grano de sal.
Que no hay que admirar,
que no hay que admirar
que no hay papel ni registro
que me soplen por atrás.
Pues no conocía la historia y me ha encantado. Es bonito seguir con ciertas tradiciones. Qué tendrá el fuego que tanto nos atrae....
ResponderEliminarA mi de siempre me ha resultado hipnótico mirarlo.
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