Siempre me ha resultado gracioso el personaje de Caperucita
Roja. De niña, recuerdo haber tenido un abrigo rojo con capucha, solo por el
placer de sentirme Caperucita. Me faltaba la cestita de mimbre y un bosque con
lobo donde perderme. Lo de perderme era más factible, siempre he sido
despistada. Esta Caperucita de fieltro
ahora adorna mis jerséis como broche.
Las mentes "dispersas", como la mía, tendemos a tener intereses igualmente dispersos. A mi me interesan cosas tan variopintas como las manualidades, la ciencia, la música, la decoración, los libros, la moda o las cosas de mis hijos. Así que este blog será una mezcla de todo eso... Y quizá un poquito más.
Chulísima! Precisamente ahora anda el peque con su particular versión también ;)... Mucho menos útil jejeje!
ResponderEliminarCuenta, cuenta... ¿se va de excursión con el lobo?
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