Quiero que quede claro desde un principio que en este artículo no estoy más que expresando mi opinión particular, formada tanto por mi experiencia personal como por las observaciones que he venido realizando en mi entorno, y las lecturas que he podido recopilar sobre el tema. Está rescatado de uno de mis otros blogs y he hecho alguna pequeña modificación a día de hoy. Si queréis ver el texto original, podéis hacerlo aquí.
Cuando me embarqué en
esta aventura de ser madre, pensé que mi formación podría serme bastante útil
en algunos aspectos. Soy Licenciada en Biología, y aunque por circunstancias de la vida no he podido ejercer,
para mí es una profesión apasionante y que te hace ver la realidad desde un
punto de vista particular y a pasarlo todo por el tamiz del pensamiento
científico y pragmático. Se busca a todo una explicación racional y, al final,
la conclusión es que no somos más que un cúmulo de reacciones bioquímicas. Lo
alucinante del tema es que algo tan simple como un conjunto de reacciones
químicas, pueda dar lugar a la complejidad que conocemos como “Vida”.
Así pues, mi primer planteamiento en forma de silogismo con
un bebé en casa fue: Los humanos somos animales (algunos más racionales que
otros, es cierto), en concreto mamíferos. Los cachorros de mamíferos funcionan
más o menos todos de la misma manera: comer, dormir, crecer, sobrevivir. Por lo
tanto los cachorros humanos deben funcionar así también.
Luego llega la abuela, las primas, las amigas
bienintencionadas que ya tienen niños, las que no los tienen, el pediatra, la
enfermera, la matrona… internet, libros de pediatría, revistas especializadas.
Cada uno con un punto de vista diferente. Un aluvión de información y un niño
con el que no sabes que hacer. Sumado a esto las hormonas, que con las
reacciones bioquímicas que producen generan efectos de lo más variopintos
(devastadores en ocasiones). Y te plantas y dices “Vale, tengo un cachorro,
pero ¿Dónde están las instrucciones?”. Y comienza la aventura.
Han pasado 7 años desde que nació mi hijo. En este tiempo de crecimiento
juntos, de aprender el uno del otro, de acompañarnos, encontrarnos y a veces
desencontrarnos, la conclusión a la que he llegado difiere poco del
planteamiento que tenía en un principio: los niños son cachorros y funcionan
como cualquier otro cachorro: comer, dormir, crecer, sobrevivir. Es cierto que,
por las peculiaridades de la raza humana la adaptación a la supervivencia es
ligeramente diferente, pero las pautas básicas son las mismas. Así pues, las
madres humanas deberíamos fijarnos un poco más en cómo funciona la Madre
Naturaleza, y en lugar de buscar explicaciones y teorías rebuscadas a problemas
sencillos, deberíamos usar algo tan sencillo, tan antiguo y que tenemos tan a
mano como es el instinto. Y el instinto no es más que supervivencia.
A toda madre primeriza, sobre todo si es humana y
occidental, se le plantean serias dudas a la hora de criar a su cachorro. Una
de las principales es a la hora de establecer unas pautas de sueño. ¿Cuánto
tiempo debe dormir un niño?¿Es normal que se despierte por las noches?¿Es bueno
o malo que duerma en la habitación de los padres, e incluso en la misma cama?
Esta claro que, si un niño no duerme por las noches, esto afecta a la calidad
de sueño de toda la familia, y una mala calidad de sueño redunda en una mala
calidad de vida. Pero, en el sueño de nuestros pequeños cachorros, lo
primordial es entender que tiene un objetivo: supervivencia.
Para empezar, un bebé, sobre todo si es muy pequeño, lo
único que ha conocido en su corta vida es el útero materno. Cuando nace, no
sabe distinguir a su madre de sí mismo (para él, son la misma cosa). En el
útero está permanentemente abrazado, en un espacio donde todo está amortiguado
y donde puede dormir cuando le plazca. Por lo tanto es lógico que al nacer
quiera seguir la misma pauta. La tan manida frase “no lo cojas en brazos, que
se acostumbra” no tiene sentido. Ya está acostumbrado a estar en brazos, lleva
9 meses en brazos. Lo que hay que hacer es que se desacostumbre a ellos y
empiece a ser independiente. Pero esto lleva un tiempo, no se puede hacer de manera
brusca, es mejor actuar poco a poco. Imaginaros como os sentiríais si os sacan
de un sitio calentito y protegido y de repente nadie os abraza y no entendéis
nada. Pues esto es lo que sucede con los bebés. Encontrareis una exposición más
amplia de este argumento en el libro “Y ahora, ¿por qué llora?” de Hetty Van De Rijt y Frans Plooij, (editado
en España por Salvat, 1996). Os recomiendo que le echéis un vistazo, sobre todo
las embarazadas y las que tengáis niños menores de un año. A mi me lo prestó mi
matrona y fue todo un acierto.
Además de la
necesidad de protección y perpetuar las pautas que ha seguido hasta ahora
(=supervivencia), los bebés no tienen las mismas pautas de sueño que los
adultos (=más supervivencia). El sueño
pasa por varias fases: no-REM (sueño profundo, reparador) y REM (sueño más
ligero, en esta fase se producen las “ensoñaciones” que recordamos al
despertar). Estos ciclos se alternan cada dos horas a lo largo de la noche, en
los que la fase no-REM dura 90 minutos y la fase REM media hora.
Aproximadamente dormimos unas seis horas de sueño profundo y dos de sueño
ligero.
Pero en los niños
muy pequeños esta pauta es totalmente diferente: Los bebés entran directamente
en una fase de sueño ligero. Es por eso que cuando se quedan dormidos en brazo
y los depositamos en la cuna inmediatamente, se despiertan y quieren volver a
los brazos (el síndrome de la cuna con pinchos). Esta fase de sueño ligero dura
unos 20 minutos, tras los cuales entran gradualmente en una fase de sueño más
profundo. Algunos no se despiertan al ponerlos en la cuna durante la fase de
sueño ligero, no necesitan que les ayuden a dormir, pero con otros es necesario
esperar un poco (=supervivencia).
Además los ciclos
de sueño son más cortos en los bebés. No duran las dos horas de las que hemos
hablado para un adulto, sino aproximadamente 50 minutos. Nuevamente entrará en
una fase de sueño ligero de unos 10 minutos en la que, si algo le incomoda es
fácil que se despierte. Por lo tanto necesitan un entorno seguro donde se
sientan protegidos para volver a dormirse profundamente sin problemas. ¿Por qué
son así las fases de sueño de los niños?: Nuevamente encontramos la respuesta
en el instinto de supervivencia que tenemos todos los seres vivos. Imaginaros
que vuestro bebé no está tranquilamente en la cuna rodeado de todas las
comodidades, sino que es un cachorro de herbívoro expuesto al ataque de
cualquier depredador. Este cachorro no puede tener un sueño demasiado profundo,
puesto que ha de estar listo para la huida en el momento en que su madre se lo
indique. Pero si el cachorro despierta y se encuentra en un lugar apacible sin
peligro a la vista, con mamá cerca, y no tiene hambre, volverá a dormirse
tranquilamente.
Si el bebé tiene
necesidad de calor, comida, protección, o tiene algo que le molesta (la nariz
taponada, una sábana que se enreda), es beneficioso para él que tenga este
sueño poco profundo cada poco tiempo. Así le será más fácil despertarse y
alertar a los padres en caso de que algo fuera de lo normal suceda. Si usamos
algún método para que el bebé duerma profundamente toda la noche, puede que no
sea del todo bueno desde el punto de vista evolutivo: estamos limitando su instinto
de supervivencia.
Podéis encontrar estas ideas más ampliadas en la web: http://dormirsinllorar.com/sueno_infantil1.htm
Poco a poco, el
sueño de los niños se va aproximando cada vez más al de los adultos y van
adquiriendo unas pautas de sueño similares a las nuestras. Pero hasta que eso
suceda ¿qué podemos hacer? Pues ni más ni menos que lo mismo que hacen otras
madres mamíferas: proteger a nuestras crías, alimentarlos si es necesario y
crear un entorno seguro en el que puedan volver a dormirse sin problemas.
Por lo tanto:
¿Cuánto tiempo debe dormir un niño? Cada uno duerme una
cantidad de horas diferente y en momentos del día distintos. Lo único que
podemos hacer es ayudarles a distinguir el día de la noche (con menor densidad
de luz, ruidos, etc.) para favorecer una pauta de sueño nocturna, y crear un
ambiente donde se sientan seguros y no tengan necesidad de despertarse en las
fases de sueño ligero.
¿Es normal que se
despierte por las noches? Si, cuando tiene hambre, frío, calor, o simplemente,
se siente solo y desprotegido. Lo hace por un principio de supervivencia.
¿Es bueno o malo que duerma en la habitación de los padres,
e incluso en la misma cama? Bueno, al menos durante los primeros 6 meses de
vida, que comparta habitación con los padres. Así, si su instinto de supervivencia
les hace despertar, es mucho más rápido para la madre volver a crear un entorno
seguro y adecuado en el que pueda volver
a dormirse. A partir de los 6 meses sus pautas de sueño y comidas son
similares a las adultas y para entonces ya habrá aprendido que nada malo va a
pasar (los humanos no tenemos depredadores) y será más fácil que duerma toda la
noche.
Respecto al colecho (dormir en la misma cama) no es
perjudicial, sobre todo si se hace en ocasiones puntuales. Hasta lo que yo sé,
todas las crías de mamíferos duermen en la misma madriguera con sus madres.
Estamos hablando siempre de niños muy pequeños, está claro que en niños más
mayorcitos puede crear una situación de excesiva dependencia y pérdida de
intimidad de los padres. Pero lo que creo es que, en lugar de usar métodos
bruscos y que impliquen llanto para que aprendan a dormir solos demasiado
pronto, es más factible y mejor para su desarrollo evolutivo hacerlo de forma
gradual adaptándonos a sus necesidades en los primeros meses, y que poco a poco
se desacostumbren a dormir con mamá. Además desde el punto de vista de la
biología evolutiva, a los humanos como especie no nos interesa perder el
instinto de supervivencia, que es a lo que tendemos si pretendemos que desde
pequeños nuestros hijos duerman solos.
Muy cierto: muchas acciones humanas son fáciles de explicar desde la perspectiva del instinto de supervivencia.
ResponderEliminarGran blog: me ha dado respuesta a dudas que ni siquiera me había planteado por no ser madre...
Hay cosas que ni te las planteas, hasta que te dan una cosa viva sin manual de instrucciones que te tienes que llevar a casa :)
EliminarBueno, yo creo que sí existe manual de instrucciones pero sólo se pone en acción en presencia de cachorros (humanos y, en ocasiones, no tan humanos). Se llama instinto maternal(hablando de instintos...).
ResponderEliminarMuac!!
Que va, que va... el instinto maternal para lo único que sirve es para no volverte tarumba los primeros días jajaja
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