La semana pasada os hablaba de bacterias, virus, y las diferencias entre ellos. Hoy me voy a centrar en los virus, cómo son, por
qué fastidian tanto, cómo combatirlos y, lo que creo que es más importante, por
qué los antibióticos no actúan contra ellos.
Estructura.
Como ya vimos, los virus no son células, sino agentes
submicroscópicos compuestos por una molécula de ADN o ARN (ácido nucleico) rodeada
de una cubierta de proteínas (cápsida) y a veces una envoltura de lípidos que
proceden de las células que parasitan. Cada una de las proteínas que componen
la cápsida se llama capsómero.
Un criterio de clasificación de los virus es en función de
la forma que adopta la cápsida.
¿Por qué son tan
fastidiosos?
En su ácido nucleico, los virus contienen toda la información
genética necesaria para reproducirse y crear nuevos virus, pero como no tienen
la maquinaria celular para ello, solo pueden hacerlo infectando células de
otros organismos. Normalmente son inertes, no se alimentan, no crecen, no hacen
nada. Por eso se considera que están en la frontera entre lo vivo y lo no vivo.
Pero cuando consiguen infectar una célula, se pone en marcha su mecanismo
molecular para reproducirse. Y como se apropian de la maquinaria celular, la
célula deja de funcionar correctamente y enfermamos.
Los capsómeros le sirven al virus no solo como protección
del ácido nucleico, sino también para adherirse a las células que parasitan.
Los capsómeros “reconocen” (a nivel molecular) proteínas o estructuras de la
membrana de la célula víctima y se pegan a ella. Este reconocimiento suele
producirse de manera específica, por lo que es raro (pero no imposible) que un
virus que infecta a plantas o a bacterias infecte a mamíferos… Aunque entre
mamíferos si es más frecuente que los virus pasen de una especie a otra. Vamos,
que un virus humano puede perfectamente infectar a un mono, y viceversa.
Además, los virus tienen una alta tasa de mutación, que provoca cambios en los
capsómeros y puede facilitar estos “saltos” de especie.
Normalmente solo el ácido nucleico del virus penetra en la
célula infectada. A veces el ácido nucleico va acompañado de alguna proteína
específica que le sirve para empezar a parasitar el mecanismo celular y esta
proteína también entra en el momento de la infección, pero las proteínas del
capsómero se suelen quedar fuera.
Una vez dentro de la célula, este ácido nucleico coordinará
la formación de nuevos capsómeros, nuevas copias de sí mismo, y el ensamblaje
de toda la estructura para formar nuevos virus. Estos virus saldrán de la
célula infectada bien por rotura de la misma o bien poco a poco a través de la
membrana y están listos para repetir el proceso en nuevas células.
Los efectos que producen en el organismo al que infectan son
principalmente los siguientes:
- Debilitamiento del sistema inmunitario.
- Reacciones alérgicas.
- Destrucción de órganos vitales.
- Formación de coágulos, abscesos y hemorragias.
- Debilitamiento del sistema inmunitario.
- Reacciones alérgicas.
- Destrucción de órganos vitales.
- Formación de coágulos, abscesos y hemorragias.
Entonces… ¿cómo los
combatimos?
Esta es la parte donde quería llegar. Ningún antibiótico
sirve para combatir un virus. Ninguno. Así pues, cuando vamos al médico porque tenemos
gripe o un resfriado (o cualquier otra enfermedad producida por virus) y el
médico no nos receta antibiótico, está haciendo lo correcto. Ya ahondaré más
adelante en este tema y explicaré por qué soy tan tajante en este sentido.
Para evitar que los virus se propaguen de individuos
enfermos a sanos, tenemos varias soluciones que podemos adoptar.
- Tener una higiene adecuada.
- Evitar en la medida de lo posible el contacto con enfermos infectados.
- Las vacunas. Hasta el momento han demostrado ser el mecanismo más eficaz para evitar, o al menos paliar, los efectos de los virus. Tan es así que muchas enfermedades que podrían ser mortales han desaparecido casi por completo, y cuando aparecen lo hacen en forma muy leve. Hay ahora una “moda” o “corriente” de gente supuestamente bien informada que se niega a vacunar a los niños y están cometiendo un gran error: lo único que van a conseguir así es que estas enfermedades vuelvan a ser más virulentas de nuevo. Creo que más adelante también voy a desarrollar este tema un poco más, ya que me parece interesante.
- Tener una higiene adecuada.
- Evitar en la medida de lo posible el contacto con enfermos infectados.
- Las vacunas. Hasta el momento han demostrado ser el mecanismo más eficaz para evitar, o al menos paliar, los efectos de los virus. Tan es así que muchas enfermedades que podrían ser mortales han desaparecido casi por completo, y cuando aparecen lo hacen en forma muy leve. Hay ahora una “moda” o “corriente” de gente supuestamente bien informada que se niega a vacunar a los niños y están cometiendo un gran error: lo único que van a conseguir así es que estas enfermedades vuelvan a ser más virulentas de nuevo. Creo que más adelante también voy a desarrollar este tema un poco más, ya que me parece interesante.
¿Y cuando ya estamos infectados? Hay tratamientos
específicos para combatir los virus. En el caso de algunas enfermedades, los
tratamientos alivian la enfermedad pero no la curan. En otros casos, estos
tratamientos sí consiguen hacer desaparecer el virus. Y como diría mi médico
frente a una gripe: “sin tratamiento, una semana. Con tratamiento, 7 días”.
Como siempre os pongo unos enlaces interesantes donde podéis
ampliar y contrastar información.
Mi casa está llena de virus!!! y tenemos en casa una gripe creo que con tratamiento... ¿o es sin?;) En cualquier caso, ha entrado sin estar invitada!!!
ResponderEliminar(Gracias por comentar en mi blog sobre el Today, que se que tu y los propósitos no os lleváis bien, jejeje. Pero me he divertido muchísimo haciéndolo!!)
Lo del tratamiento en la gripe es opcional, se os va a pasar igual :) (a mejorarse pronto).
Eliminar(De nada ¡¡¡ me gustaron mucho tus propósitos porque son asequibles jajaja).