jueves, 13 de diciembre de 2012

Durmiendo a un cachorro (humano).


Quiero que quede claro desde un principio que en este artículo no estoy más que expresando mi opinión particular, formada tanto por mi experiencia personal como por las observaciones que he venido realizando en mi entorno, y las lecturas que he podido recopilar sobre el tema. Está rescatado de uno de mis otros blogs y he hecho alguna pequeña modificación a día de hoy. Si queréis ver el texto original, podéis hacerlo aquí.

Cuando me embarqué en esta aventura de ser madre, pensé que mi formación podría serme bastante útil en algunos aspectos. Soy Licenciada en Biología, y aunque por circunstancias de la vida no he podido ejercer, para mí es una profesión apasionante y que te hace ver la realidad desde un punto de vista particular y a pasarlo todo por el tamiz del pensamiento científico y pragmático. Se busca a todo una explicación racional y, al final, la conclusión es que no somos más que un cúmulo de reacciones bioquímicas. Lo alucinante del tema es que algo tan simple como un conjunto de reacciones químicas, pueda dar lugar a la complejidad que conocemos como “Vida”.

Así pues, mi primer planteamiento en forma de silogismo con un bebé en casa fue: Los humanos somos animales (algunos más racionales que otros, es cierto), en concreto mamíferos. Los cachorros de mamíferos funcionan más o menos todos de la misma manera: comer, dormir, crecer, sobrevivir. Por lo tanto los cachorros humanos deben funcionar así también. 

Luego llega la abuela, las primas, las amigas bienintencionadas que ya tienen niños, las que no los tienen, el pediatra, la enfermera, la matrona… internet, libros de pediatría, revistas especializadas. Cada uno con un punto de vista diferente. Un aluvión de información y un niño con el que no sabes que hacer. Sumado a esto las hormonas, que con las reacciones bioquímicas que producen generan efectos de lo más variopintos (devastadores en ocasiones). Y te plantas y dices “Vale, tengo un cachorro, pero ¿Dónde están las instrucciones?”. Y comienza la aventura.

Han pasado 7 años desde que nació mi hijo. En este tiempo de crecimiento juntos, de aprender el uno del otro, de acompañarnos, encontrarnos y a veces desencontrarnos, la conclusión a la que he llegado difiere poco del planteamiento que tenía en un principio: los niños son cachorros y funcionan como cualquier otro cachorro: comer, dormir, crecer, sobrevivir. Es cierto que, por las peculiaridades de la raza humana la adaptación a la supervivencia es ligeramente diferente, pero las pautas básicas son las mismas. Así pues, las madres humanas deberíamos fijarnos un poco más en cómo funciona la Madre Naturaleza, y en lugar de buscar explicaciones y teorías rebuscadas a problemas sencillos, deberíamos usar algo tan sencillo, tan antiguo y que tenemos tan a mano como es el instinto. Y el instinto no es más que supervivencia.

A toda madre primeriza, sobre todo si es humana y occidental, se le plantean serias dudas a la hora de criar a su cachorro. Una de las principales es a la hora de establecer unas pautas de sueño. ¿Cuánto tiempo debe dormir un niño?¿Es normal que se despierte por las noches?¿Es bueno o malo que duerma en la habitación de los padres, e incluso en la misma cama? Esta claro que, si un niño no duerme por las noches, esto afecta a la calidad de sueño de toda la familia, y una mala calidad de sueño redunda en una mala calidad de vida. Pero, en el sueño de nuestros pequeños cachorros, lo primordial es entender que tiene un objetivo: supervivencia.

Para empezar, un bebé, sobre todo si es muy pequeño, lo único que ha conocido en su corta vida es el útero materno. Cuando nace, no sabe distinguir a su madre de sí mismo (para él, son la misma cosa). En el útero está permanentemente abrazado, en un espacio donde todo está amortiguado y donde puede dormir cuando le plazca. Por lo tanto es lógico que al nacer quiera seguir la misma pauta. La tan manida frase “no lo cojas en brazos, que se acostumbra” no tiene sentido. Ya está acostumbrado a estar en brazos, lleva 9 meses en brazos. Lo que hay que hacer es que se desacostumbre a ellos y empiece a ser independiente. Pero esto lleva un tiempo, no se puede hacer de manera brusca, es mejor actuar poco a poco. Imaginaros como os sentiríais si os sacan de un sitio calentito y protegido y de repente nadie os abraza y no entendéis nada. Pues esto es lo que sucede con los bebés. Encontrareis una exposición más amplia de este argumento en el libro “Y ahora, ¿por qué llora?” de Hetty Van De Rijt y Frans Plooij, (editado en España por Salvat, 1996). Os recomiendo que le echéis un vistazo, sobre todo las embarazadas y las que tengáis niños menores de un año. A mi me lo prestó mi matrona y fue todo un acierto.

Además de la necesidad de protección y perpetuar las pautas que ha seguido hasta ahora (=supervivencia), los bebés no tienen las mismas pautas de sueño que los adultos (=más supervivencia).  El sueño pasa por varias fases: no-REM (sueño profundo, reparador) y REM (sueño más ligero, en esta fase se producen las “ensoñaciones” que recordamos al despertar). Estos ciclos se alternan cada dos horas a lo largo de la noche, en los que la fase no-REM dura 90 minutos y la fase REM media hora. Aproximadamente dormimos unas seis horas de sueño profundo y dos de sueño ligero.

Pero en los niños muy pequeños esta pauta es totalmente diferente: Los bebés entran directamente en una fase de sueño ligero. Es por eso que cuando se quedan dormidos en brazo y los depositamos en la cuna inmediatamente, se despiertan y quieren volver a los brazos (el síndrome de la cuna con pinchos). Esta fase de sueño ligero dura unos 20 minutos, tras los cuales entran gradualmente en una fase de sueño más profundo. Algunos no se despiertan al ponerlos en la cuna durante la fase de sueño ligero, no necesitan que les ayuden a dormir, pero con otros es necesario esperar un poco (=supervivencia).

Además los ciclos de sueño son más cortos en los bebés. No duran las dos horas de las que hemos hablado para un adulto, sino aproximadamente 50 minutos. Nuevamente entrará en una fase de sueño ligero de unos 10 minutos en la que, si algo le incomoda es fácil que se despierte. Por lo tanto necesitan un entorno seguro donde se sientan protegidos para volver a dormirse profundamente sin problemas. ¿Por qué son así las fases de sueño de los niños?: Nuevamente encontramos la respuesta en el instinto de supervivencia que tenemos todos los seres vivos. Imaginaros que vuestro bebé no está tranquilamente en la cuna rodeado de todas las comodidades, sino que es un cachorro de herbívoro expuesto al ataque de cualquier depredador. Este cachorro no puede tener un sueño demasiado profundo, puesto que ha de estar listo para la huida en el momento en que su madre se lo indique. Pero si el cachorro despierta y se encuentra en un lugar apacible sin peligro a la vista, con mamá cerca, y no tiene hambre, volverá a dormirse tranquilamente.

Si el bebé tiene necesidad de calor, comida, protección, o tiene algo que le molesta (la nariz taponada, una sábana que se enreda), es beneficioso para él que tenga este sueño poco profundo cada poco tiempo. Así le será más fácil despertarse y alertar a los padres en caso de que algo fuera de lo normal suceda. Si usamos algún método para que el bebé duerma profundamente toda la noche, puede que no sea del todo bueno desde el punto de vista evolutivo: estamos limitando su instinto de supervivencia.

Podéis encontrar estas ideas más ampliadas en la web:    http://dormirsinllorar.com/sueno_infantil1.htm

Poco a poco, el sueño de los niños se va aproximando cada vez más al de los adultos y van adquiriendo unas pautas de sueño similares a las nuestras. Pero hasta que eso suceda ¿qué podemos hacer? Pues ni más ni menos que lo mismo que hacen otras madres mamíferas: proteger a nuestras crías, alimentarlos si es necesario y crear un entorno seguro en el que puedan volver a dormirse sin problemas.

Por lo tanto:
¿Cuánto tiempo debe dormir un niño? Cada uno duerme una cantidad de horas diferente y en momentos del día distintos. Lo único que podemos hacer es ayudarles a distinguir el día de la noche (con menor densidad de luz, ruidos, etc.) para favorecer una pauta de sueño nocturna, y crear un ambiente donde se sientan seguros y no tengan necesidad de despertarse en las fases de sueño ligero.

 ¿Es normal que se despierte por las noches? Si, cuando tiene hambre, frío, calor, o simplemente, se siente solo y desprotegido. Lo hace por un principio de supervivencia.

¿Es bueno o malo que duerma en la habitación de los padres, e incluso en la misma cama? Bueno, al menos durante los primeros 6 meses de vida, que comparta habitación con los padres. Así, si su instinto de supervivencia les hace despertar, es mucho más rápido para la madre volver a crear un entorno seguro y adecuado en el que pueda volver  a dormirse. A partir de los 6 meses sus pautas de sueño y comidas son similares a las adultas y para entonces ya habrá aprendido que nada malo va a pasar (los humanos no tenemos depredadores) y será más fácil que duerma toda la noche.

Respecto al colecho (dormir en la misma cama) no es perjudicial, sobre todo si se hace en ocasiones puntuales. Hasta lo que yo sé, todas las crías de mamíferos duermen en la misma madriguera con sus madres. Estamos hablando siempre de niños muy pequeños, está claro que en niños más mayorcitos puede crear una situación de excesiva dependencia y pérdida de intimidad de los padres. Pero lo que creo es que, en lugar de usar métodos bruscos y que impliquen llanto para que aprendan a dormir solos demasiado pronto, es más factible y mejor para su desarrollo evolutivo hacerlo de forma gradual adaptándonos a sus necesidades en los primeros meses, y que poco a poco se desacostumbren a dormir con mamá. Además desde el punto de vista de la biología evolutiva, a los humanos como especie no nos interesa perder el instinto de supervivencia, que es a lo que tendemos si pretendemos que desde pequeños nuestros hijos duerman solos.

4 comentarios:

  1. Muy cierto: muchas acciones humanas son fáciles de explicar desde la perspectiva del instinto de supervivencia.

    Gran blog: me ha dado respuesta a dudas que ni siquiera me había planteado por no ser madre...

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    1. Hay cosas que ni te las planteas, hasta que te dan una cosa viva sin manual de instrucciones que te tienes que llevar a casa :)

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  2. Bueno, yo creo que sí existe manual de instrucciones pero sólo se pone en acción en presencia de cachorros (humanos y, en ocasiones, no tan humanos). Se llama instinto maternal(hablando de instintos...).

    Muac!!

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    1. Que va, que va... el instinto maternal para lo único que sirve es para no volverte tarumba los primeros días jajaja

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